Una hora tranquila frente a la cámara: solo vos, yo, la luz y una sensación persistente. Te voy a filmar como a un personaje de una película independiente: con movimientos sutiles, silencio y textura emocional. Podemos contar tu historia en primera o tercera persona. ¿El resultado? Un retrato cinematográfico de un minuto. Los formatos y estilos son personalizables. Hay un ejemplo disponible a pedido durante la reserva.

Te contamos un poco más. Nos encontramos en un lugar pintoresco: un parque, una cocina, una esquina que parece conocer tus secretos. Durante tres horas, te filmo mientras vivís, respirás, parpadeás. No posás. Existís. Dirijo como un director de jazz neurótico. Luego edito hasta que veo algo que se siente humano. Vas a recibir un video corto (de 1 a 3 minutos, sin explosiones, ¡prometido!) o algunos reels para tu blog. No es terapia. Pero puede que se sienta así.

Vamos a pasar un día entero capturando tu historia como si fuera una película: neurótica, tierna, a veces absurda. ¿Formatos? Fluidos. ¿Estilos? Cualquiera, desde el realismo poético hasta el cine de autor. Vamos a planificar tus escenas juntos: desde mañanas espontáneas en tu Airbnb hasta paseos por la ciudad a la hora dorada. Podés narrar tu historia en voz en off... o la escribo en tercera persona, como un guion independiente. El tiempo que aparece en el anuncio es solo una formalidad: en realidad, el arte lleva tiempo, y esta sesión abarca todo el día.